El contenido duplicado es uno de los errores SEO más molestos y comunes en sitios webs. Tanto es así, que incluso los buscadores han desarrollado una herramienta que permite acabar con el de una vez por todas. Esta herramienta es la etiqueta canonical (rel=canonical).
Como una alternativa a rel=canonical, también contamos con la redirección 301, tema del que ya habíamos hablado anteriormente en otro post.
En este artículo explico en detalle en qué consiste la etiqueta canonical, cómo implementarla y cuál es la diferencia con la redirección 301.
¿Qué es la etiqueta canonical o rel=canonical?
Como venía comentando, la etiqueta canonical es utilizada para acabar con el contenido duplicado en tu sitio.
Esta consiste en una etiqueta HTML que le dice al explorador que tienes dos versiones iguales de una página de tu sitio. Inmediatamente, le avisas al explorador cuál es la versión de valor y cuál no.
Ejemplos muy comunes de contenido duplicado son las diferentes versiones de URL (con WWW, sin WWW, con HTTP, etc.) y las versiones para móviles y de escritorio.
Es aquí donde entonces tenemos 2 opciones: o fijamos una etiqueta rel=canonical o hacemos una redirección, pero ¿Cuál de las dos es mejor?
Diferencias entre rel=canonical y las redirecciones 301
Antes de responder la pregunta de arriba es crítico entender cuál es la diferencia entre la etiqueta canonical y la redirección 301.
Y es que mucho ojo, porque, aunque la etiqueta canonical y la redirección 301 tienen la misma finalidad, ambas son muy distintas. Veamos en qué consiste en concreto cada una:
- Rel=canonical: Informa al buscador cuál de las páginas es la original, pero permite que el usuario se mantenga en la página duplicada.
- Redirección 301: Redirige al buscador y al usuario a la página original afirmando que este cambio es permanente.
Es decir, una vez aplicamos la etiqueta canonical le permitimos el acceso a los usuarios a la página duplicada siempre y cuando sea de manera directa, mientras que con la redirección 301 el contenido duplicado será ocultado incluso de los visitantes de nuestra web.
Dicho esto, la etiqueta canonical no funciona para la mayoría de casos en los que requieras matar al contenido duplicado, sino en casos muy específicos como:
- Configurar las versiones de escritorio o para el móvil con diferentes URL.
- Marcar la fuente original del contenido, sin importar si esta no proviene de tu web o blog.
- Configurar las URL que tienen parámetros especiales.
- Tratar con las URL que desembocan al mismo contenido con fines de clasificación.
Por otro lado, la redirección 301 tiene más posibilidades. Veamos algunos ejemplos:
- Elegir la versión preferida para tu web (con www o sin www).
- Redirigir permanentemente un post a otro enlace sin perder autoridad.
- Migrar el sitio a una URL distinta sin perder el link juice.
- Cambiar el nombre de una página.
Es decir, para la mayoría de casos es más recomendado utilizar una redirección 301 que la etiqueta canonical.
Cómo usar la etiqueta canonical
Ahora que tienes bien en claro en qué consiste esta etiqueta y cuándo deberías utilizarla es el momento de aprender cómo implementarla en tu web. Esto es realmente sencillo, la verdad. Para hacerlo solo tienes que añadir una etiqueta como la siguiente en la página en cuestión:
<link rel=”canonical” href=”http://www.ejemplo.com/pagina-web.html” />
Asegúrate de cambiar el enlace ”http://www.ejemplo.com/pagina-web.html” por el enlace de la página a dónde quieres dirigir al navegador.